Motigo Webstats - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares
Contador gratuito

martes, 15 de enero de 2008

Aranda se ha transformado en las dos últimas legislaturas, en un gran museo callejero y al aire libre.
Las paredes de la ciudad de todos los edificios, dan buena prueba de lo dicho, cubiertas de firmas, dibujos y frases surgidas de los más dilectos eructos.
Las mejores firmas, las más rotundas, engalanan de florituras y con sus cinceladas formas, con encaracoladas contravolutas, lo que antes, no más, se significaba como una mera pared encalada y sucia o sólo enladrillada y desfigurada.
Las más bellas máximas proverbiales, se adentran, con finura y humor, en nuestras vidas, desde las paredes, y nos eleven a las más altas alturas de la nescencia, y nos conducen al gran y excelso recuerdo de todos los familiares del hacendoso artista/pintador de paredes.
Mas siendo, como son, inteligentes ocurrencias provocadas por la experimentación con el alcohol y otras sustancias que influyen en la percepción y la creatividad artística, ¡dios mío!, rematan al formar parte del refranero colectivo de nuestra Villa.
Aunque trascienda mi deseo en presentar alguna de las leídas como ejemplo claro de lo dicho y para que vosotros juzguéis la belleza plástica que vive implícita en su contenido, siendo todas como son de tal índole alpabarda, resulta enormemente dificultoso elegir a una sobre todas, y que los represente.
Pasead, pasead, vosotros por cualquier lugar, incluso a la manera de una carrera por etapas, y ved nuestra Aranda, vuestra Villa, sus paredes todas, para que juzguéis a buena conciencia, y así alcanzaréis a estar de acuerdo conmigo, desde luego o quizá.
Si al mirarlas o leerlas, no sentís ganas de bichofearlas, y de cortar los vuelos a las manos artísticas que los idearon y escribieron, de verdad, quedo que quedo.
En el deseo de todos, desde luego, se impresiona el que algún museo de esos que se apodan modernos y que se apiadan de todo aquello que resuena y restalla a marginal, a “perroymalabares”, aparezca por la Villa y nos compre las paredes o se las lleve sin más, gratuitamente, con sus pintadas y todo, y que en sus salas acondicionadas, se expongan para deleite de visionarios del arte del siglo XXI todos los muros de la Villa mía, y tuya.
O quizá nuestros concejalíes decidan proponer el pintador de paredes del año, y así concederle el zarcillo de oro al disparador del año, al que mejor maneja el bote con “ceefeces”, y se le pueda reconocer su enorme talento y probada maestría.Da grima que al resto de ciudadanos nos quede únicamente la química y el estropajo.

No hay comentarios: